viernes, 14 de julio de 2023

Los inconvenientes de la edad.

En la primaria me enamoré de la maestra sustituta, mejor dicho me obsesioné, bueno, no sé cuál es la diferencia. Evidentemente era más joven y bella que la maestra de planta, linda voz y extraordinario su trato hacia sus alumnos, supongo que por la brevedad de su estadía. Después de que se despidió del grupo varias veces creí verla pasar por la calle mientras jugaba con los amigos, pero era solo mi imaginación, o quién sabe. En mi juventud desaproveché las pocas oportunidades de formalizar una relación, tuve miedo, supongo. También me clavé con una chica que jamás me hizo caso, eso duró demasiado, me apena recordarlo. En fin, el punto es lo que hoy a mis casi cuarenta años he estado sintiendo, algo que no resulta tan bueno, o acorde a la norma, algo parecido a lo de Dickens y Ellen Ternan, guardando proporciones y aclarando la intención de olvidar el caso, pues, por suerte mi moral está intacta. Supongo que el cuarto piso es más difícil, y la soledad que se dilata.

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