Caminar en el tiempo sin poder dar paso atrás, con la virtud de poder voltear hacia el pasado cuantas veces se desee, sin detenerse, consumiéndose irreparablemente, sin la más mínima idea de su relevancia en el abismo, pudiendo contemplar hacia el frente un menú exquisito de probabilidades de éxito en el trabajo de continuar sosteniendo la vara de equilibrio sobre la cuerda tensa y sus inconvenientes.
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