martes, 1 de julio de 2014

POR DEBAJO DE LA PUERTA

Ellos van por delante, yo sigo su paso. Eventualmente el camino se hace angosto, me han desplazado, soy el último del grupo. Me digo a mi mismo "si ellos lo consiguen por qué yo no habría de poder". Sin embargo, atraviesan el pasadizo y cada vez se incrementa más la distancia con los punteros. A penas puedo ver sus pies, voy detrás de ellos. Ya no es a lo largo, ya van para arriba. El sendero augura un triste desenlace. Cómo lo consiguieron. Yo ya no quepo. Señor!



Se me antoja ir más allá, pero no puedo más que asomarme por la rendija.


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